lunes, 16 de marzo de 2015

… ¡Las salvaguardias!


La columna de 
Pablo Lucio Paredes

publicada el pasado sábado 14-III
en El Universo




Arte fractal. Fuente: Cultura colectiva sobre Bach.




  Veamos el proceso de ocho años que nos ha llevado a donde estamos:

1) Recordar que lo básico en el desarrollo económico es el aumento de la productividad, generar más valor con el uso de los diversos factores (humano, capital, tiempo, etcétera). Y no confundir productividad con actividad económica. Por ejemplo, cuando el Gobierno contrata a decenas de personas para controlar a los medios de información privados, genera actividad (sueldos que se pagan, oficinas que se adecuan, compra de equipos), pero no hay aumento de productividad (posiblemente decrecimiento) porque esta actividad nada aporta a la mejora de la calidad de la producción ni de la vida en el país (salvo de los involucrados y sus jefes). Y de esos casos hay miles.
2) El Estado ha crecido de manera impresionante (50% más en relación con el tamaño de la economía). Ese gasto presiona la demanda agregada y por ende aumenta las importaciones y genera el déficit externo que se financiaba con petróleo inicialmente. No es la dolarización, sino el déficit estatal el que genera el déficit externo no petrolero.
3) El dinero que entraba a la economía vía petróleo casi directamente se convertía en importaciones, porque habíamos creado una economía negativa para incentivar la inversión, riesgo y emprendimiento privado.
4) Desde hace dos años ya aparecían las costuras del sistema, con la implementación de cupos a la importación, aranceles, etcétera, y una creciente deuda externa. Un modelo en problemas incluso con petróleo a 100 dólares.
5) Cae el precio del petróleo, la economía obviamente tiene que ajustarse porque ha perdido un cuarto de sus exportaciones. Ciertamente al no poder manejar el tipo de cambio se pierde un factor de ajuste, no podemos negarlo. Pero más aún se pierde con una economía llena de rigideces: laboral, financiera, regulatoria, etcétera. El principal mecanismo de ajuste en nuestro caso debería ser el gasto público, porque es el que ha alcanzando niveles elevadísimos y una acentuada baja productividad.
6) Algunos dirán ¿pero cómo ajustamos las importaciones que es el gran drenaje de divisas, sin las salvaguardias? Uno, al reducir el gasto público y el endeudamiento externo, se reducen paralelamente las importaciones. Dos, la balanza de pagos se ajusta automáticamente a la disponibilidad de divisas, si hay menos divisas se importa menos, no es necesario que el Gobierno intervenga. Tres, una economía no funciona por los dólares que se retienen, sino por los dólares que circulan (entran y salen), por eso es importante aumentar lo que entra (exportaciones, inversión), no limitar lo que sale.
7) Conclusiones. Tenemos el peor de los mundos. Primero, un gobierno enorme de baja productividad. Segundo, un sector privado que se va a volver poco productivo (va a ganar dinero pero con menor productividad), porque al estar protegido de la competencia externa puede aprovechar situaciones monopólicas sin preocuparse ni de precios ni de calidad. Tercero, tendremos ajustes vía mayores precios, lo que distorsiona la economía hacia los que más tienen. Cuarto, no es el consumidor quien decide lo que compra, sino el Gobierno, “el que le da” decidiendo… menos productividad, más inequidad y menos decisiones libres de los consumidores… ¿Hay peor

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