Pablo Lucio Paredes
La conversación surge de
una anécdota del Econ. Brett Scott: va a una conferencia en Holanda, sale a
tomar una bebida, encuentra una máquina de Coca Cola … que no recibe monedas y
cuando intenta con su tarjeta de crédito le sale el famoso “su tarjeta ha sido
rechazada”, y no hay otra manera de satisfacer su sed! Reflexión de Scott: uno,
esta es una grave falla de mercado y, dos, la sociedad sin efectivo a la que
vamos avanzando merece que reflexionemos sobre sus reales atractivos.
Primer comentario: ¿es
una falla de mercado? En realidad es una mala coincidencia para él. Pero en la
vida diaria ¿cuántas veces sucede que alguien no encuentra lo que
razonablemente busca en un plazo relativamente razonable? Muy pocas veces. La
gran capacidad de la economía de mercado
es el empate razonablemente correcto entre oferta y demanda.
¿La sociedad sin
efectivo? Recodemos que el mundo depende para sus interacciones financieras de
dos formas de dinero. Una, es el efectivo físico que está provisto como un bien
público por una entidad estatal (el Banco Central). Dos, es el dinero bancario
(cuentas, tarjetas etc…) que es fundamentalmente virtual. Y nos hemos movido de
lo primero hacia lo segundo, en los países más desarrollados el efectivo tiende
a desaparecer, en los lugares menos desarrollados aún representan un porcentaje
importante pero declinante. Este movimiento se ha dado por dos razones. La
primera es un efecto de la demanda:
todos utilizamos más instrumentos virtuales, por comodidad, seguridad,
velocidad etc… La segunda es la oferta, el propio sistema financiero ha empujado
las transacciones en esa dirección.
… pero ¿el salto final
hacia cero dinero físico? ¿Es realmente una evolución natural o hay intereses
excesivos detrás de esto? Según Scott, hay tres grupos que empujan en esa
dirección. Uno, los bancos para fortalecer su monopolio. Dos, los
intermediarios (como tarjetas de crédito) que procesan todos estos movimientos.
Tres, los Bancos Centrales y gobiernos que ven esto como una buena manera de
controlar más a los ciudadanos vía más información. Y detrás de esto hay una duda: dado que la
demanda por efectivo (más cómodo) estará probablemente siempre presente, ¿el
sistema mantendrá el abastecimiento de esa demanda marginal o desaparecerá?
¿Riesgos? El primero es
obviamente que se elimine un factor que, aunque marginal, seguirá teniendo una
demanda. Segundo, que se aumente un eslabón de intermediación entre el cliente
y el vendedor final, por ejemplo en el caso de la Coca Cola que Scott no pudo
tomar, que su relación con la empresa de bebidas requiera de un intermediario
adicional que es el sistema financiero que decide cómo se puede pagar el
producto y elimine una opción que es el efectivo, es decir deje de ser un
intermediario normal y se convierta en un decidor de cómo es parte del proceso
de compra/venta. Tercero, que aumente el control del Gran Hermano estatal y
empresarial sobre los ciudadanos, cada vez hay más información sobre qué
hacemos, dónde, cuándo y cómo en las redes electrónicas … ¡y el efectivo es
ciertamente una manera de protegeros de eso!