Pablo
Lucio Paredes
Hay
mucho que decir sobre el deporte y como se relaciona y genera actividad
económica.
Uno.
Es una de las actividades que más crece en el mundo igual que el
entretenimiento en general.
Dos.
Hay un enorme impacto de la globalización y la tecnología. Por ejemplo el año
pasado 12 millones de personas fueron a
los estadios en España y 5 millones en China. Pero más de 700 millones
de personas vieron la Liga española por medios electrónicos, y solo en China 55
millones. Esto cambia completamente la ecuación económica. Los ingresos
promociones y de clientes lejanos se vuelven mucho más importante que la
asistencia a los estadios.
Tres.
La diferencia fundamental entre el mercado del deporte y otros mercados es que
requiere de la competencia equilibrada entre varios partícipes (en el mercado
de papas fritas puede haber un solo oferente y aunque esto a la larga afecte
probablemente su calidad, el mercado funciona, en el deporte en cambio se
requiere que al menos dos oponentes se presenten de cada lado de un cotejo). Y
de ahí surgen reglas diferentes según los países. Por ejemplo, en Estados
Unidos las ligas se autoestablecen normas para fomentar la competencia
equilibrada: draft donde los peores equipos escogen prioritariamente a los
nuevos jugadores entrantes al mercado, límites salariales, repartición
colectiva de los ingresos de TV etc.. Europa en cambio casi no tiene reglas
aunque ahora el llamado fair play financiero va en esa dirección.
Cuatro.
El impacto emotivo y simbológico del deporte es mayor que el económico
(contrariamente a lo que a veces se cree). Por ejemplo en Ecuador, el Barcelona
tiene el mayor presupuesto con alrededor de 20 millones y eso le sitúa apenas
en el sitio 1.000 o más dentro de las empresas del país. Igual sucede con los
presupuestos (alrededor de los 700 millones de dólares anuales) del Real
Madrid, Manchester o Bayern en sus respectivos países. Y el valor de los
grandes clubs (alrededor de los 4.000 millones) también es mínimo frente al
valor de miles de empresas en otros negocios.
Cinco.
América Latina se está quedando de proveedor de jugadores porque son los
grandes clubs europeos los que están generando marca, atractivo y clientes. La
pregunta es ¿a los crecientes clientes chinos, les interesa ver la Champions
europea o la Libertadores sudamericana? La respuesta es desgraciadamente obvia,
y el mercado se va moviendo más hacia allá.
Seis.
Al aumentar los ingresos de los clubs, estos adicionales deben ir a alguna
parte, y los jugadores están captando una parte de ese pastel por eso los
sueldos y transferencias cada vez mayores. Podrían ser aún mayores si los clubs
pudieran captar una mayor parte del valor que generan en el mundo, todavía uno
puede leer sobre el fútbol, ver goles etc… sin que los clubs capten nada de
eso.
Hay
aún enormes espacios de extensión del fútbol como China, India, y los propios
Estados unidos. Por ende de extensión de la economía del fútbol.