martes, 30 de diciembre de 2014

Por qué la dolarización es buena para el Ecuador


    El dinero es un producto social -una institución en sentido mengeriano- que no ha sido creado por autoridades políticas sino por los intercambios entre desconocidos mediante lo que los griegos llamaban "catalaxia", es decir, volver amigos a los extraños. Eso hace el comercio. Y el comercio ampliado requiere de un medio de intercambio como el dinero para evitar sistemas locales de deuda (don y dar incluído) o de trueque. El dinero tiene tres funciones en las sociedades humanas: ser medio de pago, ser unidad de cuenta (para poder hacer comparaciones entre otros bienes y entre distintos proyectos que requieren contabilidad rigurosa) y ser depósito de valor. Las dos últimas parecen no ser comprendidas ni apreciadas cabalmente por una parte importante de intelectuales y economistas del mundo. Como otras instituciones mengerianas -el lenguaje, la propiedad, la fam
ilia nuclear, la empresa, el derecho, etc- el dinero puede ser de alta calidad o de baja calidad, con consecuencias más o menos coordinadoras para el bienestar de las sociedades humanas.



1.- Medio de pago: debe ser un bien ampliamente aceptado. Algo que sea "fácil de deshacerse de", en otras palabras que tenga como característica la liquidez. El dinero es el bien más líquido dentro de una escala de liquidez y en general de dinerabilidad de los bienes disponibles.

2.- Unidad de cuenta: permite el cálculo económico, es decir, la contabilidad de costos. Un dinero de calidad permite saber cuántos recursos tangibles e intangibles se gastan en producir un bien intermedio o un bien final. De ese modo, las sociedades humanas saben que están agregando valor en sus actividades, es decir, creando riqueza.

3.- Depósito de valor: el dinero sirve para mantener un balance de efectivo frente a emergencias, condiciones cambiantes o simplemente ahorrar. El ahorro es el fundamento de una economía sana en el corto y largo plazo pues permite hacer inversión y reinversión en métodos y conocimientos -es decir, capital- para crear riqueza.
    Las dos últimas dependen de que el dinero sea dinero de calidad, poco o nada manipulable por autoridades políticas.

   El dólar norteamericano no es la plata ni el oro, que emergieron espontáneamente como las mejores formas de dinero a través de siglos de prueba y error, superando al ganado, los granos, la sal y otros metales debido a algunas características particulares. De hecho, ha perdido ya 97% de su valor (un dólar de hoy compra lo que compraban $0,03 en 1912 antes de la creación de la Fed estadounidense. Sin embargo, es un dinero de relativa buena calidad comparado con otros dineros fiat. Uno de sus beneficios más importantes ha sido el disminuir la operación del Efecto Cantillon, que implica la redistribución de poder adquisitivo de las grandes mayorías -asalariados, ahorristas y jubilados- a favor de exportadores, contratistas estatales, empleados públicos y otros receptores de dinero adicional que un banco central imprime. En un próximo post evaluaremos las predicciones más negativas sobre la dolarización en el Ecuador y sus resultados luego de estos 15 años.

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