Pablo Lucio-Paredes
Uno de los temas interesantes de la economía es
el ciclo político, que básicamente nos dice: los gobiernos tratan de impulsar
la política monetaria y fiscal (mayor déficit) unos meses antes de las
elecciones para estimular la economía y ganar más votos en las urnas. Y esto es
obviamente de actualidad en el país.
Como no hay almuerzo gratis en economía, esos
excesos se pagan luego a través de mayor inflación/devaluación que obliga a los
Bancos Centrales a intervenir y frenar el ciclo económico, o a través de mayor
endeudamiento que en las siguientes fases obliga o a bajar el gasto público o a
aumentar impuestos lo cual también es recesivo.
Si hacemos un cálculo del “valor presente” de
los ciclos el resultado es neutro porque el empuje inicial antes de las
elecciones se ve compensado con un freno posterior, pero incluso ese valor
presente es probablemente negativo porque los ciclos permanentes generan incertidumbre y
desconfianza que disminuyen la tasa de crecimiento de tendencia (estas ideas
resumidas en el cuadro adjunto).
¿Y qué ha pasado en el Ecuador en general, y más recientemente?
Tomemos un ejemplo del pasado, analizado por
Jurgen Schuldt en “Elecciones y Política
Económica en el Ecuador 1983-1994 / ILDIS 1994”. El cuadro a continuación
muestra la continua expansión de la política monetaria antes de las elecciones.
Para otro análisis más detallado recomiendo la lectura por ejemplo de “Los ciclos políticos económicos en Ecuador: 1993-2010”. Paúl A. Carrillo.
Para otro análisis más detallado recomiendo la lectura por ejemplo de “Los ciclos políticos económicos en Ecuador: 1993-2010”. Paúl A. Carrillo.
¿Y en estos años? Este no es espacio para un
análisis detallado, pero simplemente tomemos el déficit del SPNF en los últimos
8 años, trimestre tras trimestre, época en que se han dado 3 elecciones
importantes, reelección de Rafael Correa en 2009 y en 2013, y ahora la elección
del 2017. Como las elecciones en general son en el primer trimestre, el ciclo
político del gasto fiscal debería iniciarse hacia el tercer y cuarto trimestre
anterior. Recordemos que al estar el Ecuador dolarizado no existe una política
monetaria directa que pueda ser utilizada, aunque el Banco Central desde
inicios (pero sobre todo desde mediados) del 2016 ha utilizado el mecanismo de
préstamos al Gobierno basado en el concepto de recirculación de liquidez.
Es difícil detectar (ver gráfico adjunto) un
ciclo político per-se en el déficit fiscal porque hay tres tendencias muy
claras que se superponen en Ecuador.
Uno, que el déficit fiscal es siempre mucho
mayor en el último trimestre sobre todo porque se empujan gastos durante todo el
año que deben ser entonces cancelados, y hay gastos especiales como el pago de
décimos sueldos, al mismo tiempo que el flujo de ingresos es relativamente
menor (porque por ejemplo el Impuesto a la Renta se cobra en Marzo y Abril, y
los anticipos hacia el tercer trimestre). En consecuencia no sabemos si el
elevado déficit fiscal es por el ciclo político o por la tendencia normal.
Dos, el déficit fiscal ha ido aumentando con
regularidad en los últimos años independientemente de la situación electoral.
Tres, en general los últimos 10 años fueron de
un muy buen entorno para el fisco, salvo los dos shocks externos (de finales
2008 a mediados 2009, y de finales 2014 a finales 2016).
Sin embargo, vale señalar que los déficits antes
de las elecciones del 2009 y 2017 están entre los 3 más altos del período, y el
déficit antes de la elección del 2013 es bastante mayor que el de los 2 años
anteriores…quizás ahí hay algún indicio de un ciclo político.
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