miércoles, 29 de marzo de 2017

¿Los subsidios benefician a la economía ecuatoriana?



Todos los años el Fisco debe asumir un egreso importante como consecuencia de los subsidios. En el año 2015 el estado ecuatoriano, destinó $6000 millones del presupuesto público para este gasto, y para el 2016, disminuyó a $3193 millones. La reducción se produjo debido principalmente a la reducción en las transferencias a la seguridad social al eliminar un monto fijo asignado al IESS, rubro que pasó a un libro de deuda. Este monto puede ser reclamado al Estado por la seguridad social cuando sea necesitado. Uno de los rubros más importantes dentro de este egreso, es el subsidio destinado a los derivados del petróleo. El año pasado, el Fisco presupuestó $1888 millones para este tipo de subsidios. Es importante recalcar que los subsidios no están bien asignados ya que las personas beneficiadas de esta transferencia deberían ser, solamente, aquellas que tienen baja capacidad de consumo de ciertos bienes y servicios que son imprescindibles para su bienestar. Es por esta razón que el subsidio debe ser focalizado a cierto grupo económico, y no debe ser entregado como pago por un compromiso político.
Por otro lado, el problema radica también, en la forma en la que se financian los subsidios, ya que para esto, el gobierno requiere recursos que tienen que provenir ya sea de impuestos o por deuda pública. Cuando se financian vía impuestos, estos actúan como un desincentivo para la producción o el consumo. Por otro lado, cuando las transferencias se financian con deuda pública, el estado aquiere un compromiso que debe ser pagado en el mediano o largo plazo disminuyendo el consumo futuro.
Si bien el subsidio ha sido mal destinado y utilizado con segundas intenciones, el costo político de eliminarlo o reducirlo es bastante alto, razón por la cual se debería educar a la población tanto sobre las ventajas como las desventajas del mismo y a su vez buscar compensaciones que deberían estar incorporadas dentro de un plan económico con el objetivo de disminuir el peso político de la eliminación de los subsidios.
El candidato del oficialismo en una actitud completamente demagógica ha ofertado en su campaña política, incrementar el Bono de Desarrollo Humano a $150. Esto implica un incremento en el Gasto Público de al menos 700 millones de dólares anuales adicionales. La pregunta es: ¿cómo piensa financiar este incremento? Si lo hace vía impuestos estaría desincentivando aún más la producción y el consumo y si lo hace vía deuda pública estaría cayendo en un acto irresponsable de transferir el peso a las generaciones futuras.



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