Estamos a mitad del primer trimestre del
año fiscal 2017. Marzo tiene la particularidad de ser el mes en que todos los
sujetos activos debemos hacer nuestra declaración del impuesto a la renta y
muchos de nosotros debemos sacar dinero de nuestros ahorros o buscar un
préstamo para poder cumplir con esta responsabilidad frente al SRI. Pero esto
no significa que únicamente quienes estamos obligados a pagar impuesto a la
renta estamos aportando a Rentas Internas ya que los ingresos tributarios
incluye no sólo el impuesto a la renta, sino también otra decena de impuestos
donde los más importantes (por el volumen de recaudación) son el impuesto al
valor agregado (IVA), a los consumos especiales (ICE) e impuesto a la salida de
divisas.
No es cierto, tal como lo indican
algunos economistas despistados, que sólo el 5% de la población pagamos
impuestos. Todos los ecuatorianos pagamos impuestos cuando compramos una cola o
cuando nos subimos al bus (en la matrícula nos cobran el impuesto ambiental y
ese valor nos transfieren al precio del pasaje!).
En el año 2016, según datos publicados en
la página del SRI, la recaudación neta fue de 12.564,837 millones de dólares.
Este monto fue menor al recaudado en el 2015 (13.693,064 millones de dólares). Lo
curioso es que en el total recaudado en el año 2016 se incluyen 1.160,747
millones de contribuciones solidarias por el terremoto de abril pasado. El IVA,
así mismo aumentó de 12% a 14% por la misma causa y sin embargo su recaudación
disminuyó de 6.500 millones a 5.704 millones.
Podemos notar, por lo tanto, que mientras
más presión tributaria se genera en la economía más se aleja el objetivo
recaudatorio.
Debería pues, el próximo gobierno revisar las finanzas pública de forma técnica más allá de la ideológica, para encontrar el punto óptimo en donde la recaudación tributaria alcance para financiar un gasto público efectivo y al mismo tiempo, no le reste a la economía la capacidad de generar riqueza.
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