Pablo
Lucio Paredes
El
mundo del fútbol ha sido sacudido con la transferencia de Neymar del Barcelona
al PSG por 222 millones de euros (más una serie de otros costos, con lo cual la
operación realmente les cuesta a los dueños del club cerca de 500 millones,
incluyendo importantes impuestos).
Algunos
gritan que estos es inaceptable, no puede el jugador valer tanto y recibir
tanto. Por eso vale empezar preguntándonos ¿cómo se reparte el valor en
cualquier actividad económica? Y tomaremos como ejemplo algo cercano para mucha
gente como usuario o incluso como emprendedor: un restaurant. Imaginemos que
los usuarios pagan 100 dólares y nos preguntamos, ¿de esos 100, cuánto irá a
los dueños, a los empleados, a los proveedores, o a quien les alquila el local?
(no tomamos en cuenta al fisco porque antes de los 100, este ya se llevó la
tajada que quiso, de manera obligatoria, sin tener que justificarla). La
respuesta depende esencialmente de qué tipo de restaurant estamos hablando.
Caso
1. Restaurante “normal” en todos los aspectos, de los que uno encuentra cientos
en una ciudad, muy útiles pero similares. En este caso el dueño tendrá una
rentabilidad “normal” sobre su inversión (ejemplo 10%), los trabajadores
recibirán un sueldo “normal” para el sector (digamos alrededor del básico), el
dueño del local un alquiler “normal” (5 dólares el m2, por poner un número).
Caso
2. El restaurante tiene una particularidad que lo vuelve más atractivo que los
“normales”: una vista espectacular de la ciudad, lo cual le permite tener más
clientes, poder cobrar más y sobre todo tener un mayor ingreso: 150 en lugar de
100. Nos preguntamos entonces ¿a quién van esos 50 adicionales? Y la respuesta
es directa: una parte importante al dueño del local, porque él es el que
permite generar el valor adicional. Eso le va a expresar al empresario del
restaurante, pidiéndole un alquilar más alto (10 dólares el m2 en lugar de 5), y
si no es aceptada su oferta, él preferirá alquilarlo a otro empresario que sí
esté dispuesto a pagar por la vista.
Caso
3. La ventaja del restaurante es tener un chef que atrae más clientela e
ingresos por la calidad extraordinaria de sus preparaciones: él captará una
parte importante del valor adicional. Si no es así, él ofrecerá su servicios,
mejor remunerados, en otro restaurante … o pondrá el suyo propio!
Bueno,
podemos seguir de la misma manera, pero está claro que más allá de la
“normalidad”, el valor va a los factores de producción que aportan algo
adicional, diferente, valioso, escaso (y difícil de imitar por supuesto, sino
ese valor se torna “normal”).
Vamos
entonces al mundo del fútbol (o de cualquier deporte). Hay miles de equipo
“normales”, pero incluso en ese caso, sucede algo fundamental: los jugadores
captan alrededor del 70% de los ingresos de los clubs, porque ellos son los que
aportan el valor (los últimos años, los entrenadores se han ido posicionando
también como muy importantes para captar algo más de valor). Pero más allá de
esta situación general, hay algunos clubs en el mundo (Real Madrid, Manchester
y quizás unos 10 más) que tienen algo diferente que los demás: su calidad,
nombre, atractivo etc… y por ende captan una enorme cantidad del valor del
mercado (presupuestos por encima de los 500 millones anuales). Y viene en
cascada la pregunta: ¿y ese valor grande que captan estos equipos, a quién se
reparte? Ya lo dijimos: en un 70% a los jugadores, pero dentro de esto
mayoritariamente a las grandes estrellas (los Messi, Ronaldo, Neymar etc…),
porque ellos son los que aportan parte de la calidad, espectáculo, nombre etc…
Y entonces a medida que han subido los ingresos de los clubs (el del Real
Madrid por ejemplo ha pasado de 150 a 800 millones en 16 años), lo que ellos
reciben también aumenta. En realidad la mayor parte de las grandes
transferencias (ver gráfico adjunto) corresponden a un 20% de los ingresos
anuales de un club, salvo 2 casos en el pasado (Zidane y Figo al Real Madrid
con alrededor del 50% de los ingresos del club en la época … lo cual querría
decir que hoy pagarían por ellos cerca de 400 millones!) … y ahora Neymar (a
quien PSG paga el 40% de sus ingresos... aunque hay dudas sobre qué tan reales
son esos ingresos declarados).
Efectivamente
el brasilero es caro en relación a los estándares generales. Pero los dueños
del PSG (qataríes) lo hacen por varias razones que giran alrededor de un hecho:
quieren subir el nivel del PSG al de los más grandes. Ciertamente en lo
deportivo: por ejemplo, por fin ganar una Copa de Campeones en Europa, aunque
según The Economist solo aumenta en 5% las probabilidades con la llegada de
Neymar. En lo económico directamente: más espectadores, más camisetas vendidas
(ojo, Neymar tiene 79 millones de visitantes en Instagram!). En lo económico
indirectamente: mayores derechos de TV, más imagen y marca lo cual implica que
los sponsors paguen más (el propio The Economist nos dice que el Barcelona
cobra anualmente 115 millones a Nike por usar su equipamiento, mientras PSG
solo está en 25 millones). Pero además hay un interés “político”: posicionar el
Mundial de Qatar del 2022 que tiene muy
mala imagen por la manera cómo posiblemente se consiguió y el poco atractivo
deportivo del lugar, y posicionar al propio Qatar.
Neymar
es una gran operación deportiva y de marca, cuyos resultados veremos en el
futuro. Pero recordemos dos cosas importantes para los que se escandalizan ante
estos montos enormes. Uno, si no lo reciben los jugadores este dinero irá a los
dueños, a las televisiones etc… porque el valor está ahí generado por los
espectadores que se interesan en el deporte, y a alguna parte debe ir. Dos,
para evitar estos suceda, hay una manera muy sencilla: dejemos de interesarnos
en el fútbol, su valor caerá automáticamente!
Fuente:
The Economist
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