domingo, 4 de enero de 2015

Menor adicción y mayor autosuficiencia

   Por Santiago Bucaram

  
   Al final del 13 de diciembre de 2014 el precio del petróleo llegaba a su nivel más bajo desde mayo de 2009. Específicamente, el precio del barril WTI se cotizaba en el New York Mercantile Exchange  en USD$ 57 mientras que en Londres, en el Intercontinental Exchange, el precio del barril de Brent se cotizaba en USD$ 61. Estos precios representaban una pérdida de valor en los mercados intencionales de tanto el barril de petróleo WTI así como del Brent de aproximadamente
el 50%.


   Este descenso en el precio registrado el 13 de diciembre estaba muy relacionado con el informe de la International Agency for Energy (IAE), organización que prevé un recorte en las previsiones de la demanda de petróleo para el 2015 de aproximadamente 240.000 barriles menos al día. Este recorte estaría  relacionado con la proyección de una reactivación más lenta en el crecimiento económico mundial para el año próximo (i.e. 2015). Estos ajustes son consistentes con las últimas previsiones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) quienes el 11 de diciembre concluyeron que la demanda de petróleo del cartel para  2015 caerá a 28,9 millones de barriles, 280.000 barriles por debajo de su previsión anterior y la más baja en 12 años. Todas estas proyecciones nos llevan a preguntarnos si esta contracción de la demanda de petróleo ¿es pasajera o estructural? Para dar respuesta a esta interrogante analizaremos el comportamiento de corto y mediano plazo de la  demanda de un país en particular, los Estados Unidos de América, país que es considerado como el mayor consumidor de petróleo a nivel mundial (aproximadamente el 25% del consumo mundial).

   Es preciso indicar que un factor que ha incidido sobre los cambios de los patrones de demanda de petróleo de los EE.UU. ha sido el hecho de que este país  se ha vuelto más autosuficiente, en gran medida gracias a un aumento impresionante de su producción de petróleo, la cual pasó de aproximadamente 5 millones de barriles diarios en el periodo      2005 – 2010 a 8.64 millones de barriles diarios durante el 2014, lo cual implica  un crecimiento aproximado del 72% en la producción diaria de este país, en gran medida gracias a la explotación de petróleo de esquisto bituminoso. Esto ha provocado que  los inventarios de crudo de Estados Unidos se mantengan en constante aumento, al punto que para el 6 de diciembre de 2014, los inventarios de ese país alcanzaron los 377,4 millones de barriles, una situación que sustentaría la afirmación que en el corto plazo sería muy difícil observar una recuperación del precio del crudo.

   Sin embargo, hay que enfatizar,  que este cambio en la producción de petróleo en los EE.UU. no se debe únicamente a un shock pasajero y actual, sino que se trata de un cambio estructural que se ha venido construyendo durante los últimos 4 años, y que se acentuó en  el 2014. Un reflejo de esto es que las importaciones de crudo de los EE.UU. descendieron en 33% durante el periodo 2010-2014 y las exportaciones aumentaron en 1.300% en el mismo periodo. Además la dependencia de EE.UU. con el petróleo extranjero disminuyó en un 15% entre el 2010 y el 2014. De ahí que, dado estos cambios en el lado de la oferta de petróleo estadounidense es muy posible que la tendencia de precios bajos del petróleo en el mercado mundial se sostenga en el corto y quizás en el mediano plazo.

   No obstante, también la  demanda de hidrocarburos en los EE.UU. ha sufrido cambios estructurales que pudieran explicar la caída de los precios del petróleo en el mercado mundial durante este año y que además ofrecen perspectivas de un mercado a la baja por varios meses o quizás años. Un hecho que es interesante y que puede considerarse como un síntoma claro de que ha habido un cambio estructural en la demanda interna por petróleo en los EE.UU., es que pese a que el petróleo y sus derivados se han vuelto cada vez más baratos (un ejemplo es que el precio promedio de la gasolina en los EE.UU. ha pasado de los $3.98 por galón en mayo del 2011 a  $2.75 en diciembre del 2014) el consumo no ha aumentado, por el contrario ha disminuido. De hecho al 2014 los EE.UU están consumiendo la menor cantidad de petróleo por cada dólar de su Producto Interno Bruto (PIB) en más de 40 años (Figura 1). En este sentido, si comparamos el consumo de petróleo por dólares del PIB del 2010 y el 2014, observamos una reducción del 10% (de 1.29 barriles por millones de dólares del PIB a 1.18 barriles por millones de dólares del PIB). Esta era una tendencia que se podía prever si se analizaba detenidamente los datos macroeconómicos de este país ya que hasta el 2007 el consumo de petróleo y el PIB se movían más o menos a la par (Figura 2); no obstante, a partir del tercer trimestre del 2007 ese vínculo se rompe, al punto que hoy en día el PIB de los EE.UU. continúa aumentando mientras la demanda de petróleo se encuentra estancada en un nivel que fluctúa entre los 18 millones y 20 millones de barriles al día.


Figura 1. Consumo de Petróleo por Dólar de PIB







Figura 2. Consumo de Petróleo y PIB Real:




  Cuando se quiere determinar las causas de este cambio estructural en la demanda de petróleo por parte de los hogares y empresas estadounidenses encontramos varias de entre las cuales las más importantes son:

a)      La contracción y estancamiento del consumo de gasolina por parte de los hogares debido a dos razones:
1.      Mejora en la eficiencia en el uso de gasolina de los automóviles; por ejemplo, en  2010 el automóvil promedio tenía una eficiencia de 22 millas por galón mientras que en el 2014 la eficiencia fue de aproximadamente 26 millas por galón.
2.      Cambio demográfico, que entre otras cosas, se caracteriza por “baby boomers” (individuos nacidos entre los años 1942 y 1960)  entrando al retiro (y saliendo de las carreteras) y “millenials” (individuos nacidos entre los años 1982 y 2004) tomando su lugar en el mercado laboral. Este cambio demográfico es importante para el consumo total de combustibles en los EE.UU. ya que los millenials muestran patrones de consumo con una mayor conciencia ambiental que entre otras cosas los inducen a optar por un mayor uso de medios alternativos de transporte entre estos un mayor uso de transporte público.

b)      Mayor consumo de energía renovable (e.g. solar, viento, etc.) por parte de las empresas. Específicamente este consumo ha crecido en aproximadamente un 43% desde el 2007 (i.e. un cambio de 6.5 cuatrillones de BTU en el 2007 a 9.3 cuatrillones de BTU en el 2014).

  Lo descrito anteriormente, se traduce en menores importaciones de petróleo por parte del mayor consumidor en el mundo (de 10 millones de barriles por día en el 2007 a 6.15 millones de barriles por día en el 2014), lo cual si se analiza  detenidamente (como lo hemos hecho en los párrafos anteriores) será una tendencia que se mantendrá por muchos meses o quizás años. Ahora esta última afirmación es incierta pero lo que si es cierto es que  la nueva realidad del mercado mundial del petróleo es que su consumidor más ávido, los EE.UU., se está tornando menos adicto al producto y más autosustentable dependiendo cada vez más de su producción interna. Esta realidad debe ser considerada por países como Ecuador que se caracterizan por ser altamente dependientes de la venta de petróleo para el financiamiento de su gasto público y entender que no es un fenómeno pasajero sino un cambio de las reglas de juego y por ende ajustar las estrategias económicas para evitar  vivir otra crisis del petróleo como la de comienzos de la década de los 80.


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